Fausto I y II (1808, 1832)
Sinopsis
El único camino a las alturas espirituales del romanticismo de la Escuela Romántica alemana no es fácil de descubrir. La mente debe estar receptiva; abiertos los sentidos a nuevas impresiones; el corazón dispuesto a experimentar sentimientos profundos; liberar la razón de prejuicios, preparada para escuchar aún lo inusitado; sensible el estrato profundo del alma a las voces de la fé de lo que no se puede ver y de lo improbable. Necesitamos no ser románticos para apreciar el romanticismo; pero debemos conservar el don de la perspicacia comprensiva, el esprit de finesse del que habla Pascal, el toque sensible de la diversidad de la vida, no del esprit de géométrie, que únicamente ama las líneas rectas de las leyes de la lógica. (Wernaer 1910: 19)
La acción en la obra toma lugar en
Dedicatoria [Prólogo en el Cielo]: Los ángeles alaban al universo y celebran al Señor; Mefistófeles se burla.
PARTE I
Escena I [Noche, Cámara gótica]: Fausto descubre que sus años de estudio le han dejado sin la experiencia de acción, de la belleza o el amor. La visión del Microcosmos le deja insatisfecho; la segunda visión del Espíritu Terrestre le abruma. El deseo faustiano por la unidad con la naturaleza es típico del Romanticismo.
Escena II [Ante las puertas de la ciudad]: Fausto describe poéticamente el barullo de la muchedumbre en domingo y con belleza describe la primavera. Wagner no aprecia mucho de lo que dice. En su simpatía con la muchedumbre festiva, Fausto ha descubierto una de las claves de la vida; esto anticipa el final de
Escena III [En su estudio]: El contacto de Fausto con el hombre y la naturaleza ha hecho revivir su amor por la humanidad y por Dios, aún así anhela “alcanzar la fuente de la vida”. Fausto recita un encantamiento que convierte a Mefistófeles en un académico itinerante. Mefistófeles quiere salir, pero el pentágono mágico que Fausto ha dibujado lo tiene atrapado hasta que un coro de espíritus canta lleno de imágenes de ensueño que adormecen a Fausto y Mefistófeles escapa.
Escena IV: Cuando Fausto despierta deprimido, Mefistófeles viene a él como un elegante caballero. Fausto maldice todas las buenas actividades del hombre y el coro de espíritus lamenta su caída. Mefistófeles tienta a Fausto para seguirlo y hace un pacto con él. Mefistófeles le dice a Fausto que lo servirá de ahí en adelante. Fausto acepta, pero agrega que cumplirá: “¡Si alguna vez llego a reposar satisfecho en blanda cama, deje yo de existir en el acto!” Mefistófeles cree que él ganará; Fausto no (y Fausto estaba en lo correcto) Mefistófeles desdeña las últimas evidencias del idealismo de Fausto. Ambos hablan con gusto de los placeres que les esperan.
Escena V [Bodega de Auerbach, Leipzig]: Los estudiantes se divierte y Mefistófeles produce vino para los juerguistas.
Escena VI [Cocina de las brujas]: Mefistófeles lleva a Fausto a la cocina de las brujas en la que se le da a tomar un brebaje que lo rejuvenece. En ese lugar observa la imagen de Margarita en el espejo. Mefistófeles le promete que la verá en persona.
Escenas VII-XIII inclusive: En estas escenas y el las siguientes, ocurre la relación entre Fausto y Margarita (Gretchen): En la escena VII, Mefistófeles se ve incapaz de entregar a Margarita con la celeridad que Fausto (Enrique) le pide. Ella es una muchacha pura que acaba de confesarse. En la escena VIII Fausto es llevado a conocer humilde vivienda de Margarita; Mefistófeles le entrega alhajas para regalo de Margarita. Escena IX Mefistófeles enojado, relata que el regalo dado a Margarita, fue a parar a manos de la iglesia. Fausto le pide una joya más. Escena X Mefistófeles entra en contacto con Margarita y su vecina; el pretexto es una mentira sobre la muerte del esposo de
Escena XIV [Bosque y Caverna]: Fausto muestra el impulso romántico de fundirse con la naturaleza y encontrar ahí inspiración y gozo. Mefistófeles se burla de esto y apremia a Fausto para que seduzca a Margarita.
Escenas XV-XVI [Casa de Margarita y Jardín de Marta]: El intento de Fausto de definir la religión es típico del antirracionalismo romántico (Ver el discurso de Fausto en la escena XVI, pág. 821 de la versión de Aguilar) Fausto proporciona a Margarita y brebaje para dormir.
Escenas XVII-XVIII [Junto a la fuente. Entre las murallas]: Margarita comienza a darse cuenta de sus culpas y de cómo la sociedad considera su acción; reza a
Escenas XIX [Calle, noche]: Valentín se bate con Mefistófeles y éste le mata. Valentín antes de morir, insulta a Margarita.
Escena XX [Catedral]: En la misa de muerto de su madre. Margarita casi enloquece de remordimientos. Fausto huye y no hace nada por consolarla.
Escena XXI [Noche de Walpurgis ]: Noche de mayo, un año después. Escenografía silvestre romántica en las Montañas de Harz. Un disturbio de todos los deseos impíos del corazón humano. En medio de este mundo maligno, Fausto se acuerda de Margarita, donde se observa que Mefistófeles no ha podido hacerlo olvidar sus responsabilidades.
Escena XXII: Sueño de
Escena XXIII-XXVI: Fausto se entera que Margarita ha tenido un hijo y lo ha ahogado y en prisión espera su ejecución. Fausto, desesperado, hace que Mefistófeles lo lleve a la prisión. Margarita no quiere escapar si Mefistófeles interviene. Una voz desde arriba anuncia que Margarita se a salvado. Ella va a su ejecución.
PARTE II
Es la larga historia de la regeneración de Fausto, aparentemente menos dramática pero más filosófica que la parte I.
Acto I: Años más tarde encontramos a Fausto despertando en medio de la vida y las fuerzas naturales que restauran al espíritu. La escena se parece a
Acto II: Luego, Fausto se vuelve hacia el mundo de la belleza clásica para renovar y regenerar su espíritu. El concibe en el viaje a Grecia la posibilidad de unir el espíritu moderno con el de la antigüedad clásica.
Acto III: Fausto, al igual que en la obra de Marlowe, conoce a Helena, el espíritu del arte clásico, su hijo, Euforion (Byron quizá) representa la unión de lo clásico y lo romántico en una vida de acción
Acto IV: Fausto regresa de un mundo de sueño de belleza clásica a la corte de la segunda parte, acto I. Sirve como gobernante por muchos años.
Acto V: Fausto es ahora un anciano, aún activo y vigoroso. Está muy ocupado con un gran proyecto para recuperar terreno del mar. En ello encuentra satisfacción; quiere quedarse en el momento en que debe partir. El poder de Mefistófeles se rompe; Fausto muere en paz y su alma regresa a Dios.
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