jueves, 21 de febrero de 2008

Teatralidad. La fuente de este texto está en la bibliografía del semestre

Las cosas teatrales son todas aquellas que provocan una fuerte respuesta de los espectadores. Una buena broma es teatral. También lo es un final intensamente triste, o un traje evocativo, o un lenguaje o una voz de tonos sugestivos. Una escena estructurada de manera tan tensa que los espectadores se tengan que inclinar hacia delante todo el tiempo, es teatral; también lo es una mamba[1] amarilla enroscada debajo de la silla de la heroína, o un fantasma que está a punto de decirte algo y has sido manipulado para desear escuchar, o un rey griego que descubre que ha matado a su padre y que ha estado haciendo cosas con su madre.

Algo teatral mantiene a los espectadores en el teatro: un suspenso agudo, interés intenso, diversión en grandes cantidades, algo muy importante, el sentimiento apasionado. Algo teatral es buen teatro. Algo que no lo es, no lo es. El teatro es todo lo opuesto a aburrimiento.

Lo teatral no significa recurrir a trucos baratos, aunque los trucos baratos (como mambas amarillas debajo de las sillas) pueden ser teatrales. Así puede pasar con Shakespeare en sus momentos más altos (y también en los más bajos). La teatralidad no tiene nada que ver con algo que sea bueno o malo, alto o bajo, arte o basura. Esos sórdidos espectáculos de mujeres desnudándose en escenas rápidas, pueden ser teatrales –así como la última y exquisita escena de Cyrano de Bergerac.

Los dramaturgos saben que algunas cosas pueden ser teatrales y otras no. La falta de acción, por ejemplo, generalmente no lo es. Los sermoneos en largas tiradas filosóficas, sin una motivación situacional, raramente son teatrales. Hombres vestidos de mujeres (o viceversa) generalmente son teatrales. Luchas de espadas, amantes que se ven por primera o última vez, las muertes sobre escena, generalmente son teatrales. El conflicto casi siempre es teatral y difícilmente cualquier cosa será teatral sin él.

La novedad es teatral. La desnudez fue teatral por un tiempo, pero el recurso se desgastó.

El cambio es teatral. Ponemos mucha atención a las alteraciones. El cambio de una pequeña escena de dos o tres personajes a escenas masivas de cincuenta, eso es teatral en sí.

Para el análisis del libreto, la identificación de los elementos teatrales es importante porque los buenos dramaturgos ponen su material más importante en sus momentos más teatrales. Shakespeare, como veremos, entra en largos e intrincados discursos para hacer teatral el discurso del espectro en el acto I, escena 5 porque su contenido es muy importante. Cualquier cosa que sea importante, debe hacerse muy teatral para que el espectador lo note.

Si eres dramaturgo, no dejes que tu material más importante pase desapercibido si no lo pones en los momentos más teatrales ya que se perderían como las llaves que se caen en los agujeros de una alcantarilla. La teatralidad no es la decoración, es el corazón, el comunicador principal.

Los fuegos artificiales son teatrales. Así también lo es una devastadora línea final. El éxito de la obra descansa en el impacto de su teatralidad. Si fracasas en detectar estos elementos cuando lees, entonces no podrás llevarlos a la escena y ni tú ni tus espectadores sabrán de qué se trata la obra. Aquello que ignoras, no te será de ayuda.


Énfasis:
Algo es teatral cuando atrae la atención de los espectadores y los envuelve. Los dramaturgos ponen sus materiales más importantes de la obra, en los momentos más teatrales para tomar ventaja de la atención amplificada de los espectadores. La identificación de los momentos teatrales de la obra ayuda a descubrir lo que el dramaturgo considera importante.

[1] Serpiente venenosa que habita en Sudáfrica

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